Por qué este Blog

Hola, hace algún tiempo publiqué un libro llamado "Contribuyo, luego Existo" el cual, como su nombre lo dice, expresa el principio esencial que a mi juicio norma toda relación entre los seres que habitamos este planeta, hombres o animales. Un ejemplo del mundo animal, es como las leonas aceptan, aún al costo de perder a sus cachorros, a un león más joven como líder de la manada, puesto que este podrá protegerlas mejor (o contribuir más) que el rey destronado por este macho más joven.
 
Yendo al principio de los tiempos, sin duda que Eva aceptó a Adán porque tendría a alguien que haría el trabajo pesado y él, a su vez, estuvo dispuesto a hacerlo porque necesita un jefe. Vale decir generaron una relación (y estuvieron dispuestos a ponerse un yugo)  sostenida en el intercambio de contribución, entendida como “algo valioso que obtiene uno del otro”. Y cuando este intercambio se corta, ya sea porque uno de los dos ya no contribuye como el otro espera, la relación inexorablemente muere. Esto se ve cada día más en las relaciones de parejas, donde se ha instalado la igualdad y ya ninguno de los dos acepta permanecer en una relación en la cual siente que entrega mucho más que lo que recibe.   
 
Si se detienen un poco a reflexionar, se darán cuenta que todo tipo de relaciones (de pareja, de amistad, familiares, comunitarias, políticas, comerciales, etc.), están basadas en el intercambio de contribución, el cual, para que la relación perdure y se fortalezca, debe ser equilibrado y creciente. En todo el mundo se están viendo hoy en día diversas protestas de ciudadanos que se aburrieron de elegir políticos que "no les contribuyen en nada" a su vida y solo se sirven a sí mismos.
 
Yendo al mundo de las empresas, se pueden poner como ejemplos lo potente y motivador que es concebir el trabajo de uno desde el punto de vista de lo que se contribuye y no meramente desde el punto de vista de las tareas que tengo que hacer. Hay una historia muy bonita que muestra muy bien esto: hay dos albañiles construyendo una pared y pasa una persona que les pregunta ¿Qué están haciendo? El primero, con gesto abúlico y cansado, contesta que está pegando ladrillos. En cambio el segundo con gesto iluminado y enérgico contesta que está construyendo una catedral donde toda la ciudad vaya a encontrarse con Dios. Este cuento nos enseña que el que mira su trabajo como una secuencia de tareas, está condenado a sentir fastidio y aburrimiento, en cambio el que lo mira desde la perspectiva de lo que contribuye, comprenderá el sentido de su trabajo, se sentirá trascendiendo y se sentirá realizado como persona y esto lo motivará a dar lo mejor de sí en lo que hace.
 
El libro muestra el desarrollo de este principio desde 1780 hasta nuestros días y este blog tiene por objetivo profundizar en este, mostrando a través de ejemplos y casos, como se aplica tanto en las relaciones personales como en las del mundo de las empresas. Para seguir este blog no es imprescindible leer el libro, pero feliz se lo envío de regalo (bueno, contra una donación voluntaria de cualquier monto a un hogar de niñas, cuyos datos le daré al que se interese en tener el libro). Para esto escríbanme a patricio.rivas.u@gmail.com
 
Por último, estaré muy agradecido que me lean y más agradecido aún si me hacen llegar comentarios, porque haciéndole honor al principio de Contribución, la idea es que todos contribuyan en su profundización, aplicación y difusión.
 
Un abrazo 

1 comentario:

  1. Muy interesante. La contribución, como el tango, es de a dos (figurado por supuesto). Yo contribuyo a otro (s) y el otro (s) me contribuyen a mi. O sea contribución existe sólo como relacion, lo que nos obliga a 1) saber lo que queremos y 2) saber lo que quiere el otro. Aqui es donde el liderazgo a mi juicio toma real fuerza. ¿como quiere que su equipo lo siga si no saben lo que ud quiere?. ¿como quieres que te vean como aporte si no sabes en que aportas?. Por eso es tan importante una vision, un sueño común, punto de partida para ver con que se pone (contribuye) cada uno

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